Carta de san Pablo a los Romanos 2:1-11
1
Por tanto tú, que juzgas a otros, no tienes excusa, no importa quién seas, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, porque haces las mismas cosas que hacen ellos. 2
Todos sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se ciñe a la verdad. 3
Y tú, que juzgas a los demás pero practicas las mismas cosas que ellos, ¿piensas que escaparás del juicio de Dios? 4
¿No te das cuenta de que menosprecias la benignidad, la tolerancia y la paciencia de Dios, y que ignoras que su benignidad busca llevarte al arrepentimiento? 5
Pero por la obstinación y dureza de tu corazón, vas acumulando ira contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio, 6
en el cual pagará a cada uno conforme a sus obras. 7
Dios dará vida eterna a los que, perseverando en hacer el bien, buscan gloria, honra e inmortalidad; 8
pero castigará con ira a los que por egoísmo se rebelan y no obedecen a la verdad, sino a la injusticia. 9
Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen lo malo, en primer lugar para los judíos, pero también para los que no lo son. 10
En cambio, habrá gloria, honra y paz para todos los que hacen lo bueno, en primer lugar para los judíos, pero también para los que no lo son; 11
porque ante Dios todas las personas son iguales.