Primer libro de Samuel 17:24-49
24
También vio cómo, al ver al guerrero filisteo, los soldados israelitas se echaban a correr llenos de miedo, 25
mientras unos a otros se decían: 26
Entonces David les preguntó a los que estaban allí cerca: 27
Los del ejército le dijeron lo mismo que ya le habían dicho, en cuanto a quien venciera al filisteo. 28
Pero cuando Eliab, su hermano mayor, lo oyó hablar con los soldados, se llenó de ira contra David y le dijo: 29
David le respondió: 30
Y se apartó de su hermano, y fue con otros soldados para que le confirmaran lo que había oído, y le dieron la misma respuesta. 31
Pero alguien oyó el comentario de David, y cuando Saúl lo supo, mandó que lo llevaran a su presencia. 32
Entonces David le dijo a Saúl: 33
Pero Saúl le dijo: 34
David le respondió: 35
yo salgo tras el león o el oso, y lo hiero y lo libro de sus fauces. Si el animal me ataca, con mis manos lo agarro por las quijadas, y lo hiero hasta matarlo. 36
No importa si es un león o un oso, tu siervo los mata. Y este filisteo incircunciso es para mí como uno de esos animales, porque ha provocado al ejército del Dios vivo.» 37
Todavía añadió David: 38
Entonces Saúl le puso a David su propia ropa, y le puso un casco de bronce sobre la cabeza, y lo cubrió con una coraza. 39
David se colocó la espada al cinto, e hizo el intento de caminar, pues nunca había portado un equipo así. Y como no pudo caminar, le dijo a Saúl: 40
y tomando su bastón de pastor escogió del arroyo cinco piedras lisas y las puso en su morral; luego, tomó su honda y fue al encuentro del filisteo, 41
que también se encaminó hacia David, precedido de su escudero. 42
Y cuando el filisteo vio a David, lo miró con desprecio, pues éste era un jovencito rubio y bien parecido. 43
Entonces el filisteo le gritó a David: 44
y lo amenazó: 45
Pero David le respondió: 46
Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos. Te voy a vencer, y te voy a cortar la cabeza, y los cadáveres de tus compatriotas se los voy a dar a las aves de rapiña y a los animales salvajes. Así en todos los pueblos se sabrá que hay Dios en Israel. 47
Toda esta gente va a saber que el Señor no necesita de espadas ni de lanzas para salvarlos. La victoria es del Señor, y él va a ponerlos a ustedes en nuestras manos.» 48
Y cuando el poderoso filisteo se encaminó para encontrarse con David, éste rápidamente se colocó en línea de combate frente al filisteo, 49
metió su mano en el morral y, sacando una piedra, la colocó en su honda y la arrojó con fuerza al filisteo. La piedra se incrustó en la frente de Goliat, y éste cayó con la cara al suelo.