«En sus manos»

¹ Señor, tú me has examinado y me conoces; ² tú sabes cuando me siento o me levanto; ³ Me vigilas cuando camino y cuando descanso; ⁴ Todavía no tengo las palabras en la lengua, ⁵ Tu presencia me envuelve por completo; ⁶ Saber esto rebasa mi entendimiento; ⁷ ¿Dónde puedo esconderme de tu espíritu? ⁸ Si subiera yo a los cielos, allí estás tú; ⁹ Si levantara el vuelo hacia el sol naciente, ¹⁰ aun allí tu mano me sostendría; ¹¹ Si quisiera esconderme en las tinieblas, ¹² ¡ni las tinieblas me esconderían de ti, ¹³ Tú, Señor, diste forma a mis entrañas; ¹⁴ Te alabo porque tus obras son formidables, ¹⁵ Aunque en lo íntimo me diste forma, ¹⁶ Con tus propios ojos viste mi embrión; ¹⁷ Dios mío, ¡cuán preciosos me son tus pensamientos! ¹⁸ Si los contara, serían más que la arena; ¹⁹ Dios mío, ¡quítales la vida a los malvados! ²⁰ a esos enemigos tuyos ²¹ Señor, tú sabes que odio a los que te odian, ²² Son para mí totalmente aborrecibles; ²³ Señor, examina y reconoce mi corazón: ²⁴ Así verás si voy por mal camino,