Sra. Sheryl H. Boldt (Florida, EE. UU.)
Abre, Señor, mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza. - Salmo 51:15 (RVC)
Jamás podré perdonarme. El solo escribir estas palabras me despierta tantas emociones. Los años de remordimientos me tenían presa, como cadenas. Actos pecaminosos y decisiones destructivas se sumaron a mi ya baja autoestima. Me llevó años, pero la historia del Rey David me ayudó a aceptar el perdón de Dios...
La misericordia de Dios merece mi alabanza.
por transformar los remordimientos en alabanzas
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