Sra. Lori Hatcher (Carolina del Sur, EE.UU.)
Y oró Eliseo al Señor, diciendo: «Te ruego, Señor, que abras sus ojos, para que vea.» El Señor abrió entonces los ojos del criado, y éste vio que la montaña estaba llena de caballería y de carros de fuego alrededor de Eliseo. - 2º de Reyes 6:17 (DHH)
Al despertar descubrí que se trataba de una mañana neblinosa. El rocío que había caído como un velo durante la noche, envolvía todo el vecindario y reducía la visibilidad. Desde la ventana de mi casa apenas podía ver la de mi vecino, separadas por apenas 6 metros. Pasaron tres horas...
Aunque no puedo ver a Dios con mis ojos, sé que siempre está cerca.
Por quienes luchan con la duda
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