Constructor de puentes

Constructor de puentes
La ley la ha dado Uno solo, el cual tiene poder para salvar y
destruir. Pero tú, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?

— Santiago 4:12(RVC)

Tanto los estudiosos judíos como cristianos afirman que
Santiago cumplió el papel de maestro legítimo y de tender
puentes entre los seguidores judíos de Jesús, su hermano, y
quienes adherían al dogma del judaísmo rabínico que estaba
surgiendo. Santiago apuntó al centro de la Escritura al escribir:
«Bien harán ustedes en cumplir la ley suprema de la Escritura:
‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’» (Santiago 2:8). Hoy, sus
palabras siguen ofreciendo una guía para tender puentes.
En sus escritos, Santiago deja ver que los seguidores de Jesús
se distinguían por su actitud de no juzgar al otro. Les instruyó:
«Por eso, amados hermanos míos, todos ustedes deben estar dis-
puestos a oír, pero ser lentos para hablar y para enojarse, porque
quien se enoja no promueve la justicia de Dios» (Santiago 1:19-
20). También enseñaba que cuando nos acercamos a Dios, «...él
se acercará a ustedes» (Santiago 4:8) y nos empoderará para que
seamos misericordiosos y no juzguemos, y a escuchar con com-
pasión antes de dar consejo.
En un mundo que nos tienta constantemente a aceptar la
división, la rabia y el miedo, ¿cómo sería el año nuevo si eligié-
semos vivir según el ejemplo humilde de Santiago, nuestro an-
ciano hermano en Cristo? ¿Qué desacuerdos podrían finalizar?
¿Qué verdades podríamos hallar? ¿Qué aspectos más auténticos
de nuestro ser podrían surgir con alegría?

— Reverenda Kimberly Orr,
   Editora Mundial
   The Upper Room