Único

El Señor reinará sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será
el único Dios, y su nombre será el único nombre.

Zacarías 14:9 (NVI)

Zacarías hace una declaración indudable de su devoción y fe
a pesar del caos que surge después del exilio. Evoca una imagen
de esperanza firme para el futuro de Jerusalén mientras busca
levantarse triunfal de las cenizas de su antigua gloria. El profeta
Zacarías declara que al final, la soberanía suprema de Dios
sobre las naciones y la persona divina de Dios no disminuirán a
pesar de la evidencia que muestre lo contrario.
La palabra hebrea echad, aquí traducida como «uno», sig-
nifica unidad, carácter único, integridad e inseparable. Este
concepto también es un pilar fundamental de la oración judía
Shemá que se encuentra en Deuteronomio 6:4-9; 11:13-21,
y Números 15:37-41. ¿Por qué es esta «unidad» clave para la
identidad de Dios? ¿Por qué es importante que la entendamos?
Sencillamente, la unidad esencial de Dios afirmada en la profe-
cía y la oración nos ofrece una invitación a una relación segura
con nuestro Creador mientras navegamos por un mundo frag-
mentado. Dios quiera que por fe nos atrevamos a proclamar,
como lo hizo Zacarías, que a pesar de las circunstancias estare-
mos alertas al amor y la gracia inquebrantables de Dios. Que ese
amor y esa gracia echen raíces en nuestros gobiernos, vecinda-
rios, ministerios y familias, incluso cuando los elementos des-
tructivos y divisivos busquen sembrar el caos
entre nosotros. En todo, Dios puede.

— Reverenda Kimberly Orr
Editora mundial,
Th

e Upper Room