Re—creación

1 de julio, 2022 por Kimberly Orr

¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí! No me eches de delante de ti y no quites de mí tu santo espíritu. Devuélveme el gozo de tu salvacióny espíritu noble me sustente.

— Salmo 51:10-12 (RVR)

Esta súplica nacida del corazón del rey David resuena a través de las generaciones y tiene hoy para nosotros la misma relevancia como la fue hace 3,000 años atrás. La condición humana sigue siendo la misma. Vivimos una constante necesidad de re-creación.
La palabra hebrea traducida como «crea» en el Salmo 51:10 comparte su raíz con la palabra que abre el libro de Génesis: «En el principio creó Dios los cielos y la tierra» (versículo 1). Este tipo de creación es generadora y muestra a Dios tomando la iniciativa. Al utilizar la misma palabra hebrea, el salmista sugiere que para vivir verdaderamente como fuimos creados —en armonía con Dios, con nosotros mismos, con las demás personas y con la creación— debemos estar abiertos a la invitación divina de regenerarnos continuamente en las manos amorosas de Dios.
En un mundo que continúa soportando los embates de mareas de trauma, es bueno recordar que Dios sigue obrando en la re-creación. Frente a los desafíos, el desencanto y las pruebas, seamos empoderados por el Espíritu Santo a afirmar junto al apóstol Pablo: «Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se recrea [renueva] de día en día» (2ª a los Corintios 4:16).
Ruego a Dios que usted halle en estas páginas el impulso vital de la esperanza que pondrá una nueva canción en su corazón.

— Reverenda Kimberly Orr


Editora Mundial,
The Upper Room


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