Muchos miembros, un solo cuerpo

«De hecho, aunque el cuerpo es uno solo, tiene muchos
miembros, y todos los miembros, no obstante ser muchos,
forman un solo cuerpo. Así sucede con Cristo».

— 1ª a los Corintios 12:12 (NVI)

Frente a mi escritorio puede verse una estantería donde
descansan unas cajas, cada una con su etiqueta: hindú, italiano,
japonés y portugués. No pareciera ser una imagen extraordinaria,
pero cuando la miro veo el mundo entero. En estos estantes
guardo copias de las ediciones internacionales de la guía de
meditaciones diarias El Aposento Alto en distintos idiomas. Los
equipos de publicación en África, Asia y Europa me envían copias
de cada edición impresa.
Cuando recibo estas copias, suelo pensar en las muchas
personas que trabajan en este ministerio. Pienso en la gente
de todo el mundo que comparte sus historias de fe y las envían
para ser publicadas. Pienso en el personal encargado de editar
en Nashville, Tennessee, compilando el manuscrito original en
inglés de cada edición de El Aposento Alto. Pienso también en
los equipos de publicación alrededor del mundo, muchos de
ellos conformados por voluntarios, que traducen y editan las
ediciones internacionales, en los diseñadores e imprentas que
producen las copias de estas ediciones y en quienes las distribuyen
y las hacen llegar a iglesias, hospitales, cárceles, escuelas y
los hogares de los suscriptores en más de 100 países. Pienso en
los millones de lectores que pasan un tiempo con Dios en oración
a través de las páginas de El Aposento Alto.
¡En verdad somos muchos los miembros,
pero un solo cuerpo! Juntos oramos en muchos
idiomas, servimos al Señor con una
variedad de talentos y adoramos expresándonos
de muchas formas. ¡Mi esperanza es
que al leer El Aposento Alto usted sea bendecido
y transformado por ser muchos y ser un
solo cuerpo como pueblo de fe!

—Tia Runion
Gerente, Ministerios Internacionales
The Upper Room