Una invitación

27 de febrero, 2020 por Andrew Breeden

Cuando me preguntan sobre El Aposento Alto, lo que más me gusta comentar es que la mayoría de las meditaciones son escritas por los lectores mismos. Es un motivo de orgullo dar a conocer historias de fe de gente común y con distintas experiencias de todo el mundo, gente como usted y como yo.

Si lee la revista regularmente, sabe que durante los últimos años he compartido varias de mis historias. Hoy le invito a enviarnos el relato de su experiencia personal en el camino de la fe. Muchos de ustedes ya lo hicieron, y lo agradezco. A quienes todavía dudan, tal vez porque piensan que no tienen nada que decir o que no sabrían redactar su relato, permítanme afirmar que es posible hacerlo. Creemos que cada testimonio es valioso y que puede alentar a otras personas en el camino de la fe. A continuación, algunos consejos para ayudarle a empezar.

Cada una de las meditaciones publicadas cuenta con tres elementos principales: una historia personal, una conexión con las Escrituras y una forma de aplicación para el lector (un punto clave, algo importante que sea provechoso para el lector).

La historia que relate puede tratarse de un suceso profundo o sobre algo pequeño que le ocurrió y, que con el tiempo, modeló su fe y su relación con Dios. Puede tratarse de una revelación que surgió mientras caminaba con un amigo, un encuentro inolvidable con alguien o la práctica de oración que descubrió recientemente. Cualquiera de estas situaciones o sucesos tiene el potencial de dar inicio a una meditación interesante.

Una vez que haya escrito su anécdota personal, es el momento de relacionarla con las Escrituras. Estas son algunas de las preguntas que puede responder en su escrito: ¿Con qué personaje o suceso de la Biblia puedo relacionar mi experiencia? ¿Por qué, en particular, con esta persona o situación? ¿De qué manera me ayudó la Biblia a entender mi experiencia personal?

Una vez que estén listas su anécdota personal y la relación con las Escrituras, es tiempo de asegurarse de que su meditación ofrezca algo valioso para el lector. En cierto sentido, esto es lo más importante y, a la vez, el elemento que muchas veces no aparece en las meditaciones que recibimos y la razón principal por la que decidimos no publicarlas. En este último elemento, se ayuda al lector a comprender qué se espera que haga después de leer la meditación. ¿Qué impresión desea dejar en el lector una vez que termina de leer su relato? ¿En qué desea poder ayudarlo? ¿Qué efecto espera que tenga su historia en la relación del lector con Dios?

El formato de las meditaciones consiste de entre 250 y 300 palabras y pueden ser enviadas de las siguientes maneras:

·A través de nuestro formulario de envío en línea: submissions.upperroom.org/es/meditations/new

·Por correo electrónico: [email protected], o

·Por correo postal: Oficina Editorial, El Aposento Alto, P.O. Box 340004, Nashville, TN 37203, EE.UU.

Si desea obtener más información, vea la «Guía para los escritores» en http://submissions.upperroom.org/guidelines?locale=es#el_aposento_alto.

Cada día, el personal editorial de El Aposento Alto se goza en leer meditaciones de personas de alrededor del mundo — personas que quieren compartir sus historias de fe y confianza, sus desafíos y sus dudas. Mientras no es posible publicar todo lo que se recibe, estamos agradecidos a todas las personas que están dispuestas a enviarnos sus escritos. Aunque su escrito no resulte seleccionado para la publicación, tenga en cuenta que leemos todo el material que nos envía y que agradecemos su buena voluntad de compartir su historia.

Muchas gracias de parte de todos los que conformamos el equipo editorial de El Aposento Alto. Esperamos tener la alegría de leer su reflexión.

¡Que disfrute esta tarea!

Andrew Garland Breeden Editor de Adquisiciones


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Acerca de la guía de meditaciones

La misión de la revista El Aposento Alto es proveer una forma práctica de escuchar la Escritura, de conectarse con los creyentes alrededor del mundo y de pasar un tiempo con Dios cada día.

Más detalles Imagen por: Guy MOLL