Un ejercicio de bendición

El bendecir es el arte de estar epiritualmente presente para otras personas en oración. Es pedirle a Dios que rodee a una persona en particular o situación con amor, sanidad y paz.

Comience hallando un lugar cómodo y tranquilo para realizar su oración de bendición. Lleve a cabo varias respiraciones profundas y despacio mientras se libera de cualquier tensión en su cuello y hombros. Imagine que está sostenido por las manos tiernas y amorosas de Dios. Permítase descansar allí y saborear la quietud.

  1. Ore por usted. Enfóquese en la luz y lo cálido del amor de Dios según le rodea. Descanse en esa luz y calor.

    Bendíceme, Dios con tu amor.
    Bendíceme con tu sanidad.
    Bendíceme con tu paz.

    (Tome un momento para realizar varias respiraciones profundas y despacio).

  2. Ore por un buen amigo. Traígalo a su mente de la forma más vívida que le sea posible. En esta imagen sosténgalo en su corazón y extíéndale su gracia y su amor. Ahora imagínelo en las manos tiernas y amorosas de Dios. Permítale descansar en las manos de Dios por un momento.

    Bendícelo, Dios, con tu amor.
    Bendícelo con tu sanidad.
    Bendícelo con tu paz.

    (Tome varias respiraciones profundas).

  3. Ore por alguien con quien usted no tiene una relación sólida. Puede ser un conocido con quien se encuentra en ocasiones pero que no conoce bien.

    Bendícelo, Dios, con tu amor.
    Bendícelo con tu sanidad.
    Bendícelo con tu paz.

    (Tome varias respiraciones profundas).

  4. Ore por alguien que usted no le agrada- un enemigo. Imagínelo en las manos amorosas de Dios y trate de sostenerlo tiernamente en su corazón. Deje en las manos de Dios cualquier enojo o tensión que pueda surgir en usted. Libérese de estos sentimientos al dejarlos al cuidado de Dios.

    Bendícelo, Dios, con tu amor.
    Bendícelo con tu sanidad.
    Bendícelo con tu paz.

    (Tome varias respiraciones profundas).

  5. Finalmente, ore por todas las cuatro personas juntas— usted, un amigo, un conocido y un enemigo. Extienda la bendición de Dios mas allá— a cada persona que le rodea, a cada persona en su vecindario, a aquellas personas en su pueblo y eventualmente a todas las personas en todas partes. Imagine que todos estamos en las manos de Dios, y sostenidos por su amor.

    Bendice a todas las personas, en todas partes, con tu amor.
    Bendice a todas las personas con tu sanidad.
    Bendice a todas las personas con tu paz.

    (Tome varias respiraciones profundas).