THEODORE HIEBERT | Leer Hechos de los Apóstoles 4:32-35
El primer paso que dieron los primeros cristianos para crear sus comunidades intencionales y solidarias fue hacer algo serio sobre las desigualdades económicas entre ellos. Tan pronto como nació la iglesia en Pentecostés (Hechos 2:1-41), sus miembros comenzaron a compartir sus recursos: «Y vendían sus propiedades y sus bienes, y...
Oh Dios, que los primeros cristianos nos recuerden que el cuidado incluye tanto la riqueza como las palabras. Amén.
Los primeros seguidores de Jesús enfrentaron el desafío de crear comunidades como ninguna otra que hubiera existido antes. Esta fue una oportunidad maravillosa porque pudieron construir comunidades desde cero, creando grupos más abiertos, intencionales y solidarios de lo que habían conocido antes. Pero también fue desalentador. Buscaron construir sus nuevas comunidades en un mundo político, social y religiosamente hostil donde no tenían garantizado el éxito. Cada uno de los textos del Nuevo Testamento de esta semana muestra a los primeros cristianos luchando por formar nuevas comunidades, convertirlas en espacios de plenitud y de sanidad, fortalecerlas para sobrevivir a las amenazas más duras y desarrollarlas para resistir. Debido a su valentía, todavía vivimos en comunidades cristianas de todo tipo, y seguimos encontrando formas de convertirlas en comunidades solidarias.
Lea Hechos 4:32-35. ¿De qué manera su comunidad cristiana extiende la generosidad a las personas dentro y fuera de la comunidad?
Lea el Salmo 133. ¿Cómo experimenta el amor desmedido de Dios por usted? ¿Cuál es su respuesta a este amor?
Lea 1ª de Juan 1:1–2:2. ¿Qué experiencia de Cristo ha «oído . . . visto . . . tocado»? ¿Cómo comparte su experiencia de Cristo resucitado con los demás?
Lea Juan 20:19-31. ¿Cómo se relaciona con el deseo de Tomás de una prueba tangible de la Resurrección?
Responda publicando una oración.
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