WILL WILLIMON | Leer Salmos 31:9-16
El mártir heroico Dietrich Bonhoeffer dijo que el expresar un salmo en oración es orar con Jesús. «Ten misericordia de mí, oh Jehová… Estoy angustiado . . . Se han consumido de tristeza mis ojos. . . De todos mis enemigos soy objeto de oprobio. . . y el horror...
Señor, no importa cuán difíciles sean mis circunstancias, es bueno saber que has estado allí y estás allí conmigo. Amén.
«Cuando se acercaban a Jerusalén» (Marcos 11:1) Todos los evangelios describen a Jesús y sus discípulos en un viaje constante por comino,. Para cuando termine esta semana, por fin habrán llegado a su destino. Jerusalén, centro de esperanzas y orgullo nacional, el gran Templo, corazón de la fe de Israel. Aunque es recibido en la capital con multitudes que gritan «¡Hosanna!», la adoración cesará cuando Jesús sea llevado a su cruz. Estar con Jesús es seguir a Jesús, ir a donde él va y moverse en el mundo como él se mueve. Es un camino angosto, como aprenderemos en las Escrituras de esta semana, un camino que no muchos desean recorrer. Aquí está la escritura que debemos leer para prepararnos para la semana más santa del año cristiano, caminando con Jesús al corazón mismo de nuestra fe.
Lea Isaías 50:4-9a. ¿Cómo refleja su comunidad de fe al siervo en esta lectura?
Lea el Salmo 118:1-2, 19-29. ¿Cómo nos regocijamos en este día que ha hecho el Señor? ¿Cómo está bendiciendo «al que viene en el nombre del Señor»?
Lea Filipenses 2:5-11. ¿Cómo le habla este himno de la comunidad cristiana primitiva mientras se prepara para la Semana Santa?
Lea Marcos 11:1-11, 15-18. Dedique algún tiempo a imaginar la escena de Jesús entrando en Jerusalén como se describe en la lectura. ¿Dónde está usted en la escena? ¿Qué ve? ¿Qué escucha a su alrededor? ¿Qué siente al ver este evento?
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