Sra. Cindy Johnson
(Alabama, EE. UU.)
¡Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni me negó su amor! - Salmo 66:20 (DHH)
Cuando me llamaron para informarme que no había conseguido el trabajo de maestra que había solicitado, me sentí desanimada y olvidada. Mis dos hijos pequeños asistían a esa escuela y el director me conocía bien, por tanto, confiaba en que me contratarían. También había orado bastante durante varios días. Sentí...
Compartir en redes sociales