Sra. Florece Graham (Carolina del Norte, EE. UU.)
A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra. - Salmo 121:1-2 (NVI)
En el 2007, mi hijo Deon, de 29 años, fue asesinado. Era una persona cariñosa y generosa. El dolor que atravesé fue tremendo. Lloré por meses durante mi quebranto, consumida por un dolor inimaginable.
Un día, sentada en silencio, le pregunté a Dios: «¿Por qué?». En ese momento, sentí que...
No hay nada que Dios no pueda redimir.
Por quienes sufren la pérdida de un ser querido
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