Jeremías 31:1-13
1
«En aquel tiempo, yo seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellas serán mi pueblo.» 2
Así ha dicho el Señor: 3
Hace ya mucho tiempo, el Señor se hizo presente y me dijo: 4
Yo volveré a reconstruirte, virginal Jerusalén. Y serás reconstruida, y te adornarán con panderos para que dances con alegría. 5
Los que plantan viñas las plantarán en los montes de Samaria, y disfrutarán de sus uvas. 6
Viene el día en que los guardianes del monte de Efraín gritarán: “¡Vamos, arriba todos! ¡Subamos a Sión, al monte del Señor nuestro Dios!”» 7
Así ha dicho el Señor: 8
Yo los hago volver del país del norte; los estoy reuniendo de los confines de la tierra. Entre ellos vienen ciegos, cojos, mujeres encintas y recién paridas; ¡vuelven acompañados de una gran muchedumbre! 9
Con llanto en los ojos se fueron, pero yo los haré volver con gran misericordia; al volver, los llevaré por arroyos de aguas, por caminos rectos, para que no tropiecen. Yo soy el padre de Israel, y Efraín es mi primogénito.» 10
Ustedes, las naciones, oigan la palabra del Señor. Háganlo saber en las costas más lejanas. Digan que el que esparció a Israel ahora lo reúne, y que lo cuidará como cuida el pastor a su rebaño. 11
Porque el Señor ha redimido a Jacob; lo ha redimido del poder del que era más fuerte que él. 12
«Ellos vendrán a las alturas de Sión entre gritos de alegría, y se deleitarán con mis bondades: con el pan, el vino y el aceite, y el ganado de las ovejas y de las vacas; y ellos mismos serán como un huerto bien regado, y nunca más volverán a experimentar el dolor. 13
Entonces las doncellas danzarán con alegría, lo mismo que los jóvenes y los ancianos. Yo los consolaré, y cambiaré sus lágrimas en gozo y su dolor en alegría.