Sra. T. L. Valluy
(Île-de-Francia, Francia)
En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti. - Salmo 119:11 (NVI)
«¡Está roto!». Las lágrimas vertían de los ojitos de mi hijo mientras el agua se derramaba de su globo de nieve y, al mismo tiempo, se desmoronaba el mundo mágico que contenía. Este juguete pequeño, que le trajo tanta alegría, no podía repararse y era, ahora, motivo de tristeza. Creo...
Compartir en redes sociales