Jeremías 29:1-13
1
Nabucodonosor se llevó cautivos a Babilonia a los ancianos, sacerdotes y profetas que estaban en Jerusalén, lo mismo que a todo el pueblo. Desde Jerusalén el profeta Jeremías envió una carta a los que sobrevivieron al exilio. Éste es el texto de la carta, 2
la cual envió después de que salieron el rey Jeconías, la reina, el personal de palacio, los príncipes de Judá y de Jerusalén, los artífices y los ingenieros de Jerusalén. 3
Los mensajeros fueron Elasa hijo de Safán y Gemarías hijo de Hilcías, a quienes Sedequías rey de Judá envió a Nabucodonosor rey de Babilonia. A la letra decía: 4
«Así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel, a todos los cautivos que permití que fueran llevados de Jerusalén a Babilonia: 5
“Construyan casas, y habítenlas; planten huertos y coman de sus frutos. 6
Cásense, y tengan hijos e hijas; den mujeres a sus hijos, y maridos a sus hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplíquense allá. ¡No se reduzcan en número! 7
Procuren la paz de la ciudad a la que permití que fueran llevados. Rueguen al Señor por ella, porque si ella tiene paz, también tendrán paz ustedes.” 8
»Así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel: “Que no los engañen los profetas que se encuentran entre ustedes, ni sus adivinos. No hagan caso de los sueños que tengan. 9
Porque ellos falsamente profetizan en mi nombre. Yo no los he enviado.” 10
»Así ha dicho el Señor: “Cuando se cumplan los setenta años de Babilonia, yo iré a visitarlos, y les cumpliré mi promesa de hacerlos volver a este lugar. 11
Sólo yo sé los planes que tengo para ustedes. Son planes para su bien, y no para su mal, para que tengan un futuro lleno de esperanza.” 12
»Entonces ustedes me pedirán en oración que los ayude, y yo atenderé sus peticiones. 13
Cuando ustedes me busquen, me hallarán, si me buscan de todo corazón.