Primer libro de Samuel 15:1-25
1
Tiempo después, Samuel le dijo a Saúl: 2
Así ha dicho el Señor de los ejércitos: “Voy a castigar a Amalec por el mal que les hizo a los israelitas cuando los atacó al salir de Egipto, y les impidió que siguieran su camino.” 3
Así que ve y mata a los amalecitas; destruye todo lo que tienen. No les tengas compasión a sus hombres ni a sus mujeres, y ni siquiera a sus niños de pecho; ni a sus vacas, ovejas, camellos y asnos.» 4
Saúl ordenó que el pueblo se reuniera, y en Telayín les pasó revista. Eran doscientos mil soldados de infantería, y diez mil hombres de Judá. 5
Luego fue a la ciudad de Amalec, y puso una emboscada en el valle; 6
pero antes de la batalla mandó que les dijeran a los quenitas: 7
Entonces Saúl lanzó todo su ejército sobre los amalecitas, y los derrotó; los persiguió desde Javilá hasta Shur, al oriente de Egipto, 8
y mató a filo de espada a todo el pueblo, aunque dejó con vida a Agag, el rey de Amalec. 9
Además de perdonar a Agag, Saúl y su gente también se quedaron con lo mejor de sus animales: ovejas, toros, becerros engordados y carneros; lo de poco valor lo destruyeron. 10
Pero el Señor le dijo a Samuel: 11
«Estoy muy disgustado por haber hecho rey de Israel a Saúl, pues se ha apartado de mí y no ha cumplido con lo que le ordené hacer.» 12
Al amanecer, se levantó y fue a buscar a Saúl, y le avisaron que había estado en Carmel, donde había levantado un monumento, pero que había regresado a Gilgal. 13
Cuando Samuel llegó a donde estaba Saúl, éste le dijo: 14
Pero Samuel le respondió: 15
Y Saúl le respondió: 16
Pero Samuel le dijo: 17
Samuel añadió: 18
El Señor te dio una misión, cuando te dijo: “Ve y destruye por completo a los amalecitas. Combátelos, hasta acabar con todos ellos.” 19
Entonces, ¿por qué no has obedecido lo que te ordenó el Señor, sino que has traído contigo lo que le quitaste a tus enemigos? A los ojos del Señor, has hecho mal.» 20
Pero Saúl le respondió: 21
Fue el pueblo quien tomó lo mejor de las ovejas y vacas, lo que debió haber sido destruido primero, para ofrecer sacrificios al Señor tu Dios en Gilgal.» 22
Samuel le contestó: 23
Ser rebelde es lo mismo que practicar la adivinación, y ser obstinado es lo mismo que ser idólatra. Puesto que tú no tomaste en cuenta lo que el Señor te ordenó, tampoco él te toma en cuenta como rey de Israel.» 24
Entonces Saúl le respondió a Samuel: 25
y que me acompañes a adorar al Señor.»