Carta a los Hebreos 13:1-14
1
Que el amor fraternal permanezca en ustedes. 2
Y no se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. 3
Acuérdense de los presos, como si ustedes mismos estuvieran presos con ellos, y también de los que son maltratados, como si ustedes mismos fueran los que sufren. 4
Todos ustedes deben honrar su matrimonio, y ser fieles a sus cónyuges; pero a los libertinos y a los adúlteros los juzgará Dios. 5
Vivan sin ambicionar el dinero. Más bien, confórmense con lo que ahora tienen, porque Dios ha dicho: «No te desampararé, ni te abandonaré». 6
Así que podemos decir con toda confianza: 7
Acuérdense de sus pastores, que les dieron a conocer la palabra de Dios. Piensen en los resultados de su conducta, e imiten su fe. 8
Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos. 9
No se dejen llevar por doctrinas diversas y extrañas. Es mejor afirmar el corazón con la gracia, y no con alimentos, los cuales nunca fueron de provecho para los que se ocuparon de ellos. 10
Nosotros tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven en el tabernáculo. 11
Los cuerpos de los animales cuya sangre introduce el sumo sacerdote en el santuario a causa del pecado, se queman fuera del campamento. 12
De igual manera, Jesús sufrió fuera de la puerta, para santificar así al pueblo mediante su propia sangre. 13
Así que salgamos con él fuera del campamento, y llevemos su deshonra, 14
pues no tenemos aquí una ciudad permanente, sino que vamos en pos de la ciudad que está por venir.