Evangelio según San Mateo 13:1-18
1
Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a la orilla del lago. 2
Como mucha gente se le acercó, él se subió a una barca y se sentó, mientras que la gente se quedó en la playa. 3
Entonces por parábolas les habló de muchas cosas. Les dijo: «El sembrador salió a sembrar. 4
Al sembrar, una parte de las semillas cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. 5
Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra, y pronto brotó, porque la tierra no era profunda; 6
pero en cuanto salió el sol, se quemó y se secó, porque no tenía raíz. 7
Otra parte cayó entre espinos, pero los espinos crecieron y la ahogaron. 8
Pero una parte cayó en buena tierra, y rindió una cosecha de cien, sesenta, y hasta treinta semillas por una. 9
El que tenga oídos para oír, que oiga.» 10
Los discípulos se acercaron y le preguntaron: «¿Por qué les hablas por parábolas?» 11
Él les respondió: «Porque a ustedes se les concede entender el misterio del reino de los cielos, pero a ellos no. 12
Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo poco que tiene se le quitará. 13
Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 14
De manera que en ellos se cumple la profecía de Isaías, que dijo: 15
Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido; 16
Pero dichosos los ojos de ustedes, porque ven; y los oídos de ustedes, porque oyen. 17
Porque de cierto les digo, que muchos profetas y hombres justos desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron. 18
»Escuchen ahora lo que significa la parábola del sembrador: