Sr. G. Báez-Camargo
Mirad las aves del cielo. . . - Mateo 6:26 (RVR)
En su niñez, Jesús, allá en Nazareth, solía internarse por colinas y valles cubiertos de flores, tal vez a la puesta del sol, en que parvadas de avecillas se apresuraban a refugiarse en los olivos. Jesús no sólo admiraba la magnificencia de la naturaleza, hechura de su Padre, sino que...
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