Sra. Marion Turnbull (Liverpool, Inglaterra)
Me acuesto y duermo, y vuelvo a despertar, porque el Señor me da su apoyo. No me asusta ese enorme ejército que me rodea dispuesto a atacarme. - Salmo 3:5-6 (DHH)
Santiago, de cuatro años de edad, subió a su asiento en el auto y partimos. «Se me cierran los ojos» anunció somnoliento. ¡Claro que sí! Había pasado todo el día jugando en la playa y chapoteando en el agua.
Me reí. Mis ojos también se cerraban. El sueño llega rápido...
Puedo cerrar los ojos y descansar, porque sé que Dios nunca duerme.
POR LAS PERSONAS QUE NO PUEDEN DORMIR
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