Sra. Marion Speicher Brown (Florida, EE.UU.)
Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu. - 2ª a los Corintios 3:18 (NVI)
El primer milagro de Jesús comenzó con agua vertida en tinajas de piedra. Por lo que sabemos, Jesús no agitó el agua, ni tocó las tinajas, ni oró en voz alta. Simplemente solicitó a los sirvientes que sirvieran el agua al encargado del banquete. Obedientes, al servirle al encargado descubrieron...
Jesucristo puede cambiar lo ordinario en extraordinario.
Por los recién casados
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