Evangelio según San Juan 1:19-31
19
Éste es el testimonio de Juan. Cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntaran: «Tú, ¿quién eres?», 20
Juan confesó, y no negó, sino que confesó: «Yo no soy el Cristo.» 21
Y le preguntaron: «Entonces, ¿qué? ¿Eres Elías?» Dijo: «No lo soy.» «¿Entonces eres el profeta?» Y él respondió: «No.» 22
Le dijeron: «¿Quién eres, entonces? Para que demos respuesta a los que nos enviaron, ¿qué dices de ti mismo?» 23
Juan dijo: «Yo soy la voz que clama en el desierto: “Enderecen el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías.» 24
Los que habían sido enviados eran de los fariseos, 25
y le preguntaron: «Entonces, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta, ¿por qué bautizas?» 26
Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; pero en medio de ustedes está uno, a quien ustedes no conocen. 27
Éste viene después de mí, del cual no soy digno de desatar la correa de su calzado.» 28
Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando. 29
El siguiente día Juan vio que Jesús venía hacia él, y dijo: «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30
Él es de quien yo dije: “Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.” 31
Yo no lo conocía; pero vine bautizando con agua para esto: para que él fuera manifestado a Israel.»