Primera carta de san Pablo a los Corintios 3:1-9
1
Hermanos, yo no pude hablarles como a personas espirituales sino como a gente carnal, como a niños en Cristo. 2
Les di a beber leche, pues no eran capaces de asimilar alimento sólido, ni lo son todavía, 3
porque aún son gente carnal. Pues mientras haya entre ustedes celos, contiendas y divisiones, serán gente carnal y vivirán según criterios humanos. 4
Y es que cuando alguien dice: «Yo ciertamente soy de Pablo»; y el otro: «Yo soy de Apolos», ¿acaso no son gente carnal? 5
Después de todo, ¿quién es Pablo, y quién es Apolos? Sólo servidores por medio de los cuales ustedes han creído, según lo que a cada uno le concedió el Señor. 6
Yo sembré, y Apolos regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7
Así que ni el que siembra ni el que riega son algo, sino Dios, que da el crecimiento. 8
Y tanto el que siembra como el que riega son iguales, aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 9
Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios.