La gente que pasaba por allí gritaba insultos y movía la cabeza en forma burlona. «¡Pero mírate ahora!—le gritaban—. Dijiste que ibas a destruir el templo y a reconstruirlo en tres días. Muy bien, si eres el Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz».
Mateo 27:39-40 (NTV)
Compartir en redes sociales