Christal WIliams | Leer Evangelio según San Juan 6:35
A los seis años, le declaré a mi familia: «¡Acepto mi llamado a predicar!». Qué menudo anuncio para una niña que apenas acababa el primer curso. Respondía a un hambre profunda que sentía: el comienzo de mi llamado al ministerio. Cuarenta y seis años más tarde, predico el Evangelio, pero...
Gracias, Dios, por satisfacer nuestros anhelos más profundos y atender nuestras mayores necesidades. Amén.
Nuestras lecturas del segundo libro de Samuel nos invitan a contemplar los gritos del rey David como guerrero, padre, hijo de Dios y rey. Estas lecturas contrastan con la vida y el llamado de de Jesús como pan de vida, que baja del cielo y se ofrece a todas las personas. En el salmo, veremos tanto la fe como la fragilidad de un salmista que reconoce la necesidad de ser escuchado, perdonado y rescatado por Dios. La lectura de la carta a los Efesios pide unidad y madurez en el cuerpo de Cristo. La lectura de esta semana será pan no sólo para su alma, sino para su vida.
Lea 2º de Samuel 18:5-9, 15, 31-33. ¿Ha sentido miedo alguna vez? ¿Le ha paralizado ese miedo? ¿Cómo ayuda su relación con Dios a disipar la ansiedad?Lea el Salmo 130. ¿Cuándo ha experimentado la presencia de Dios en momentos de desesperación?Lea Efesios 4:25-5:2. ¿Cuál es la diferencia entre unidad y uniformidad? Una vez aceptada esta relación en el cuerpo de Cristo, ¿hasta qué punto será vital sustituir los viejos comportamientos por otros nuevos?Lea Juan 6:35, 41-51. ¿Ha tenido que hacer alguna vez una declaración que parecía inusual? ¿Qué declaraciones no muy comunes está llamado a hacer ahora?
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