LAURA HUFF HILEMAN | Leer Evangelio según San Marcos 2:23-28
Quizás este pasaje no se trata solo de la tensión constante de Jesús con los fariseos y su recriminación por ignorar el protocolo adecuado del sábado, sino también de una invitación a considerar formas en que nuestras vulnerabilidades de vasijas de barro nos preparan para darnos cuenta del tesoro escondido...
Considere hoy su relación con la virtud y la perfección. ¿Cómo le sirve a usted y a los demás?
En las lecturas de esta semana, exploraremos siete maneras en que nuestra encarnación manifiesta tanto la vulnerabilidad del ser humano como el «poder extraordinario» de Cristo: el tesoro en los vasos de barro. Estas paradojas incluyen los misterios de haber sido creados de manera aterradora y maravillosa, cómo la enfermedad y las heridas nos hacen vulnerables a una sanidad vivificante, cómo el hambre física nos abre a la abundancia del reino de Dios, cómo nuestro abandono al sueño puede revelar nuestras fortalezas ocultas, cómo el verdadero conocimiento incluye el no saber, cómo el envejecimiento puede abrirnos a la «vida de Jesús» dentro de nosotros, y cómo nuestra mortalidad está cargada de lo infinito de Dios. Todo esto apunta a esta paradoja de la fe: aquello que nos hace sentir vulnerables nos abre al Dios vivo. Como dice el apóstol Pablo en otra parte: «En nuestra debilidad está nuestra fuerza».
• Lea Marcos 2:23–3:6. ¿Quién de las personas en este pasaje lanza una respuesta emocional hacia usted? ¿Cuál es el sentimiento que usted lleva hacia cada una de estos personajes?
• Lea Salmo 139:1-6 y 13-18. ¿Cómo se siente ser tan completamente conocido y transparente ante Dios?
• Lea 1º de Samuel 3:1-20. ¿Alguna vez ha tenido un sueño o una visión que le ayudó a sentir que Dios estaba indudablemente con usted?
• Lea 2ª a los Corintios 4:5-12. ¿Ha habido algún momento en su vida en el que el sufrimiento ayudó a revelar la gloria de Dios?
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