KEVIN HENDERSON | Leer Hechos de los Apóstoles 2:1-21
A veces me pregunto si nos centramos tanto en el desconcierto y asombro de la multitud en Pentecostés porque no contemplamos el efecto del Espíritu sobre los primeros creyentes reunidos en esa casa de Jerusalén. En todo nuestro enfoque en los conversos, ¿nos perdemos la obra del Espíritu en los...
Te damos gracias, Dios, por darnos el Espíritu, que siempre nos guía en direcciones nuevas y sorprendentes. Amén.
Las lecturas de esta semana nos recuerdan el poderoso papel del Espíritu de Dios. Para muchos cristianos, el Espíritu Santo es la persona de la Trinidad que menos entendemos. En el libro de los Hechos, el Espíritu da poder a los apóstoles en Pentecostés para hablar en otros idiomas y, al hacerlo, inicia el establecimiento y el alcance misional de la iglesia en el resto del mundo. El salmista usa un juego de palabras con ruach, la palabra hebrea que significa aliento o espíritu, para enseñarnos que el Espíritu de Dios estuvo presente en la creación y es necesario para la supervivencia continua de toda vida. El apóstol Pablo escribe que el Espíritu de Dios confirma que somos hijos de Dios y que podemos acercarnos a Dios con confianza, no con temor. Incluso los discípulos se sienten inseguros acerca de lo que sucederá cuando Jesús se vaya, por lo que Juan le asegura a Jesús que Dios permanecerá con ellos y con nosotros a través de la presencia del Espíritu Santo.
• Lea Hechos 2:1-21. ¿Con qué frecuencia le consuela orar en privado? ¿O está más inclinado a actuar en la plaza pública sin orar primero? ¿Qué sitio le resulta más cómodo?
• Lea el Salmo 104:24-34, 35b. ¿Dónde ha visto evidencia de que se están agotando los recursos de la naturaleza? ¿Cómo puede ayudar?
• Lea Romanos 8:22-27. ¿Qué importancia tiene para usted reconocer que Dios ora por nosotros y el mundo? ¿Por qué?
• Lea Juan 15:26-27; 16:4b-15. ¿Qué instrucciones desearía que Jesús le hubiera dejado?
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