CLÁUDIO CARVALHAES | Leer Salmos 23:1-6
Durante los próximos cuatro días, leeremos el Salmo 23 y le invito a participar en un proceso de lectura divina mientras lee. Cada día, lea el salmo varias veces, lentamente y en voz alta. Preste atención a qué palabra/frase le llama la atención. Cada día será algo diferente. Escuche lo...
Jehová es mi pastor, nada me faltará. (Repetir tres veces). Amén.
Las lecturas de esta semana comienzan con una confrontación en el libro de Hechos entre Pedro y Juan y algunos de los líderes religiosos. Pedro le habla en términos duros a los líderes, afirmando que habían matado a Jesús; sin embargo, por el poder del nombre de Jesús, un hombre que no podía caminar ha sido sanado. Con ese mismo nombre, también ocurre la sanidad espiritual. Los otros tres pasajes emplean la metáfora del Buen Pastor. «Jehová es mi pastor», declara el salmista, y el pastor se preocupa por todas nuestras necesidades. En el Evangelio de Juan, Jesús declara que él es el Buen Pastor que da su vida por sus ovejas. Primera de Juan repite esta imagen. Jesús demostró su amor cuando dio su vida por nosotros. Si verdaderamente nos amamos unos a otros, también debemos sacrificarnos de manera tangible.
• Lea Hechos 4:5-12. ¿Cuándo se ha metido en dificultades por ejercer su fe y sus valores cristianos? Si nunca, ¿por qué no?
• Lea el Salmo 23. ¿Cuál es su primer recuerdo de escuchar o leer este salmo? ¿Ha tenido un papel significativo en su vida de fe? Si es así, ¿cuál ha sido su papel?
• Lea 1ª de Juan 3:16-24. ¿Cómo reflejan sus acciones su amor por Dios y por sus hermanos hijos de Dios?
• Lea Juan 10:11-18. ¿A qué «lobos» se ha enfrentado en su vida? ¿Cómo ha experimentado la presencia del Buen Pastor al enfrentar estas amenazas?
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