Sra. Hisako Adachi (Kanagawa, Japón)
Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu. - 2ª a los Corintios 3:18 (NVI)
Una mañana de camino al trabajo, miré al cielo. Dejó de llover durante la noche y ahora podía ver el cielo azul entre las nubes que se despejaban y sus bordes brillaban con el sol de la mañana. Me conmovió la belleza de la naturaleza que Dios creó y me...
Cuando mi corazón está en paz, puedo reflejar el gran amor de Dios.
Por quienes viajan al lugar de trabajo
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