La venida del Espíritu Santo

1 de mayo, 2018 por Kathryn Kimball

Jason Jenicke (EE. UU., contemporáneo)

Imagine despertarse una mañana,
reunirse con amigos alrededor de una
mesa compartiendo un té o un café y conversando sobre los
acontecimientos recientes, especialmente sobre las últimas
palabras pronunciadas por Jesús antes de ascender a los cielos.
Las últimas semanas estuvieron llenas de sucesos sorprendentes
para los seguidores de Jesús. (Ver Hechos 1:8-14). La cálida
serenidad de este aposento alto es interrumpida repentinamente
por el rugir de un viento recio. Las Escrituras dicen: «De
repente, un gran ruido que venía del cielo, como de un viento
fuerte, resonó en toda la casa donde ellos estaban. Y se les aparecieron
lenguas como de fuego que se repartieron, y sobre cada
uno de ellos se asentó una». (Hechos 2:2-3, DHH).
El artista estadounidense Jason Jenicke captura este
momento como si estuviesen sentados a la mesa. María, la
madre de Jesús lleva un manto de color verde azulado enlazado
entre las manos, cruzadas sobre el pecho, y podemos verla justo
frente nuestro. Al mirar las lenguas de fuego, su rostro resplandece
con la expresión de quien reconoce a un ser amado que
ingresa en la habitación. El reconocerlo con una sonrisa calmada
es reconfortante. La descripción que hace Jenicke de cada
uno de los rostros revela curiosidad, asombro y comprensión.
¿Pueden ver la lengua de fuego sobre su propia cabeza o solo
sobre la de los otros? ¿Qué están pensando? ¿Qué sienten?
Tal vez el artista nos hace esta pregunta también a nosotros:
¿Reconoce usted al Espíritu Santo en quienes le rodean y en su
propia vida? La llama del Espíritu Santo está allí presente para
cada uno de nosotros. ¿Puede sentirla?

Arte de la portada cortesía de Jason Jenicke. © 2008 Jason Jenicke. Hay
copias de esta imagen disponibles en www.jasonjenicke.com o en
[email protected]


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